miércoles, 25 de marzo de 2015

Pilar Gorricho del Castillo / España





Nació en Logroño (La Rioja) España el día diez de marzo de 1961.

Poeta clásica en sus composiciones ha editado cuatro poemarios y participado en diversas antologías clásicas y de verso libre como " Los rincones más oscuros " de Groenlandia ediciones.
"Antología poesía clásica de mundo poesía", " Antología de versos desde el corazón"´, “ Antología voces del extremo” etc. Ganadora edición número 65 y 67 del concurso " Palabras prestadas"
y colabora en varias revistas, club y canales literarios. “Los retazos de mi alma” es su primer poemario en poesía clásica. “Girasoles de asfalto” combina el verso clásico con la rima blanca o libre. “El vacío de los plenilunios” todo escrito  en verso libre. “Mater amatisima” verso libre.

Escribe por satisfacción personal y según su propia frase:
“No escribo poesía para vivir, la escribo para no morir”.




OCÉANOS

Me canso.
Sucede que me canso.

No como Neruda de ser hombre
si no, de pasear mis edades
siempre por los mismos senderos:
esos que llevan a una Roma
de fontanas obtusas y taponadas
arrojando monedas
a los dientes de los crepúsculos.

Siempre el mismo empedrado sin costillas;
diseño de gigantes gateando
hacia un orbe nuevo de etéreas nostalgias.
Sin abrir las compuertas de las acequias,
veo anegarse frente a mis delirios
el minúsculo intento de romper cadenas
con la parsimonia del necio.

Voy plantando magnolias en los retretes
para olvidarme del desamparo,
y espero que broten entre el cieno
de lo estático.

Mientras, espero y espero
que los almanaques de las horas
alumbren pegajosos cadáveres
de física cuántica resolviendo
ecuaciones a destajo.

No apostando nada,
para no perder nada.

Regalando las barajas de las posibilidades
a los arcanos del desasosiego
que despojan almas
de sus engalanadas vestimentas
para transmutarlas
en homeless de una imprecisa ventura.

Sempiterna incertidumbre
de sofá y degollado mueble
que chirría hastiado mi nombre.

Camino de dameros en los pasillos que atravieso
con la premura de quien encontrará
entre las baldosas,
el santo grial de su existencia
y tan solo encuentra,
aquellas trampas para ratas
por donde siempre se vuelve a pasar.


¡No modifiques tu camino!
grita el estepario lobo del subconsciente
haciendo gala de su bastarda condición
de dueño y señor de un vitalicio feudo.


No retornes a Ítaca
pues ni siquiera
tienes un perro que te reconozca
ni Atenea que disimule tus facciones
rabiosas de cicatrices,
o te advierta de los peligros que te acechan.


Vuelve sobre tu rastro y camina
sobre el asfalto de las preguntas;
ponzoñosa arteria donde te reconoces.
Entre tempestades de mediocres membresías
y apuestos hijos de Abraxas,
pero te reconoces.

Muerden los templarios de las hecatombes
todo intento de traspasar
los arrabales de la remembranza
y caminar sobre las aguas,
como un Cristo que despojado de su ego
nos regaló un camino nuevo.

Océano,
dones de profecía entre serpientes
padre de ríos y arroyos-
" Poderosa corriente del río océano"
relató Homero.

Extenderse hacia el pecho de las aguas
circundando horizontes y suelo raso
como una orquesta armónica
con el sol como única batuta.

Es Titán quien copula mis futuros
sin pecado.
Que hasta la culpa y el yugo de su castigo
caducan,
escupiendo el beso del perdón
en nuestro maldito karma
el día menos esperado.

Abro la ventana de la algarabía,
entran machaconas moscas nacaradas
obturando la salida de este dédalo sanguinario.
Cierro puertas, y se aferran
a las grietas del alma
como un condenado a su última cena.

Ya
pasó
vuestro tiempo.

Los cíclopes reverencian mi paso
y gritaré a Polifemo que " ningún hombre"
jamás hiere.

Quebrantaré
el sacrílego dogma de la presunta
felicidad terrenal
de pies en el suelo
y cabezas en el cielo.

Océano donde beber las primeras aguas
diáfanas, y sanadoras
arropando,
los despojos de los hombres.


Me canso,
sucede que me canso,
no como Neruda de ser hombre
si no, de no saber ser niña
y
dejar perdidos mis sueños.

 

 

 

LUMEN DE EXILIOS

 

A menudo cuando regreso
de ese remoto país donde te exilias
me traigo una gran souvenir entre
entre los arbustos de mi costados
Y dejo pasar maletas,

 y vías interminables
que bifurcan golondrinas
para que llegue intacta a mi silencio
la mirra inconfundible de lo predicho.
Cuando todas los objetos lloran a la vez

su soledad, dejando lúgubre

paso a las ausencias.
Entonces,
coloco la figura desdibujada de tu silueta
en la patena de ese pedazo
que me traigo de ti
y espero la otra mitad

de mí,

que vive en ti.

 

 

 
 

TRAGO DE POESÍA

 

Lo reconozco,
esta manía mía de hacer poemas,
esta mano izquierda,

lastimera e inútil
reclamando su lugar.
Este no parar de ver fuera
lo que debería estar dentro,
no es otra cosa que un trago de vodka

para mi cuadriculado espíritu.


Aún entono letanías
sosegando la sabandija del lóbulo.


Voy mascando el fracaso de los soles de agosto

por las callejuelas de plomo, y me hago lluvia

alguna tarde.


Escribo poemas de guerra sin mancha,

(la sangre es privilegio de corta estancia)

 evasiva que va matando poco a poco,
los pronombres personales, ocultos

entre amapolas sudorosas.


Para no sentir el torpe ademán de los días ciegos,
los cincelo en las servilletas de barra y soledades.

 

Es más llevadero el golpe revestido de filigrana.

Y la piedra,

 (sombrío tropiezo por enésima vez)

es menos hierática con forma silábica.


El despeñadero del pasado es eutanasia de lo venidero
cuando nos asomamos a lo nuevo con mirada de perros viejos.


Lo reconozco,

escribo poemas para no amparar al barquero
que desde la ribera pide indulgente un remo.
Su grito envuelvo en metáforas de galernas

y diéresis acartonadas.

 

-La miopía  de mi corazón es óbice inmóvil-


Escribo vestida de vocablos para no sentir el látigo
de mi cuerpo cansado en  las orillas del norte.

 

Lo reconozco, escribo poemas para no sufrir

el " yo" sin ornamentos que tal vez no pudiese

soportar.


Matar al dios que cimenté con mi costilla
para poder morir,
y escribir el poema de los poemas
cuando por fin vea mi vida
sin el filtro de la palabra.

 

 

 

 

MARZO IMPERFECTO

 

Regreso del destierro de los labios
exhaustos por el abuso, al tejado de la misericordia.
El pozo amargo de una ciega epidemia
te busca incansable,
para perderse en las paredes del músculo
mordido desde su centro.
La imperfección es solo un pétalo más
en las incontables corolas de las hortensias.
Llegarán los días santificados donde reconocernos
y la sed
poblara los sauces desvirgados a la lágrima.
Recuérdalo siempre,
me haré junco avariento, o pájaro retornado

 algún marzo de estos.
Y en esta espera
acepta gozoso la esquirla de las aguas
que riegan este lodazal  que me habita.

Juro,

 que el acto premonitorio

de salpicar tu paciencia con esta fe de vida

es involuntaria forma

de macerar entre las proféticos relojes.

las horas que nos quedan.

 

 

 

 

CAMINO

 

Quizás encontrar el camino

no sea el problema.

Ni el viaje una variante

de lo estático.

Quizás el problema sea

apuntar al cielo

y no saber si son las nubes

las que se mueven

o me muevo yo.


lunes, 1 de diciembre de 2014

Fernando Chelle / Uruguay





Fernando Chelle (Mercedes, Uruguay 1976) Poeta, ensayista y crítico literario. Autor de los libros: Poesía de los pájaros pintados (Colombia 2013) y Curso general de lectoescritura y corrección de estilo, guía para formular escritos correctos (Colombia 2014). Sus ensayos y críticas literarias se han publicado en diversas revistas, periódicos y portales literarios de diferentes países.




Yo lírico

 

Poeta de la espuma circunstancial

cazador de recuerdos

de fragancias pasadas

avaro de ese cofre

donde descansa tu nombre

tallado a punta de diamante.

 

Poeta de un río, negro

como el abismo

y dulce como el oboe

alfarero de esa bohemia

hechicera de paso lento

ojos de fuego y manos de tierra.

 

Poeta del humo

cobijo del amor

que duerme y sueña,

descansa

en su nervio de ceniza alada.

 

 

Calles de mi ciudad

 

En estas calles de la ciudad mía,

y extranjero en las calles de mi ciudad

yo tuve patria donde corre el Negro

por entre verdes islas

y fantasmas de viejos eucaliptos.

 

 

Farolito de papel

 

Excepcional exilio voluntario y voluptuoso

solitaria rebeldía

pasionalmente anárquica

sueño ensoñado de belleza

subjetiva, idílica,

terreno exquisitamente melancólico

en la naturaleza apacible,

divina

místicamente enamorada del poeta

llama de la eternidad.

 

 

Al Gran Sol

 

Ilumina el templo con el poncho

que hasta los ricos se verán deleitados.

 

Pon tus hebras de fuego extendidas

sobre la tenebrosa y profunda unidad.

 

Haz arder los rostros de los suicidas

para que con tu humo no se esfumen

y años de albañilería no sucumban

en un momento de derrumbamiento.

 

Entibia la guarida de la esperanza

que como un lagarto se dejará a-dorar

ante tu imperio de luz.

 

Infunde en mi tu poder,

haz que yo haga amanecer

encendiendo palabras y sonidos

colores y notas.

 

 

Mieles de luna

 

Donde, mi hechicera bohemia, andan tus pasos

tus ojos de fuego, tus manos de tierra.

 

Acaso arrastrarías tu manto de estrellas

por las estrechas calles de esta noche sin luna.

 

Ven a poblar mi soledad de árbol

mi ausencia sin canciones

mis poemas febriles

como viudas sin dote.

 

No dudaría en arrebatar tus labios de sangre

derramarme en la miel de tu vientre,

y guardar mis nervios, dagas que me atraviesan

en el cofre blanco que se esconde

en las lunas de tu pecho.